Pasamos la mayor parte de nuestras vidas en nuestras casas o pisos. A menudo en un entorno frío, insalubre, incómodo, desprotegido, inestable y antiestético. El Feng-Shui nos ayuda a adaptarnos y acostumbrarnos a nuestras condiciones de vida, a cómo cambiamos a lo largo de nuestra vida y a cómo somos y queremos ser en cada momento. Esto significa un cambio constante en nuestras áreas privadas de la vida.
El Feng-Shui nos ayuda a tomárnoslo todo con más calma y a permitir etapas de desarrollo en nuestro entorno. Con el tiempo, los cambios llegarán de todos modos. Nuestra casa es una entidad viva, como nosotros mismos. El Feng Shui ofrece innumerables opciones para ello. De este modo, podemos mitigar la infelicidad y aumentar la felicidad, disfrutar más intensamente de los momentos álgidos de nuestra vida y sobrellevar mejor los momentos bajos.